Estoy solo. En las zonas más altas de la montaña no hay nadie, aunque no pienso en ello. Mi mente circula por zonas de mi alma que no conocía. Creo que es por esto por lo que siempre queremos volver a estas cotas inhumanas.

(Iñaki Ochoa de Olza)

martes, 1 de febrero de 2011

¿Recuerdas aquella noche en la cabaña del Turmo...?

De momento, me faltan fotos para poder hacer la esperada peli de nuestra salidita del pasado fin de semana por el Valle de Estós (Marocha, espero que te des por aludida). Hasta que las tenga todas, lo que si que voy a hacer es contar la verdadera historia del fin de semana.
Sábado 29 de Enero, San Valero. Hora prevista de salida 6h. Hora real 6:30. Llevamos las tres mochilas con todo el material necesario (bueno, casi todo a falta de: 1º un mechero, y 2º raquetas de nieve) y un roscón de nata y frutas escarchadas que no se lo salta un gitano. También llevamos unas cadenas porque han anunciado unas nevadas importantes...y no es que nieve, es que antes de llegar a Benasque caen unos copos tamaño DIN A4. Pero como siempre tenemos suerte, pues no hay ningún problema porque delante de nosotras va la quitanieves y detrás la Guardia Civil. Sólo nos faltan los bomberos de Bilbao.
Llegamos a nuestro campamento base, Cafetería Ciria, y empezamos con las labores de aclimatación:

                              

Café con leche, roscón como Dios manda, y tomamos las primeras decisiones, que como ya ha contado Marocha consisten en dejar la salida en "vamonos a Estós a tomar algo y volvemos" basicamente. Muy fácil. Cero complicaciones. Después del desayuno festivo el cielo panzaburro empieza a despejar, sale el sol y nos encontramos con esto camino del tramo de GR11 que íbamos a coger:



¡¡Todo está precioso!!....Así que tiramos para arriba, al final, pensamos que vamos a tener suerte con el tiempo.
Delante de nosotras va una parejita con raquetas que nos abre camino. Luego pasa un mocico con esquís de tavesia, muy majete, que deja la huella mejor todavía, a continuación unos franceses jubilados también con raquetas. En total unos cuantos que nos ponen las cosas fáciles. Pero luego nos cruzamos con todos volviendo. Se nos acaba el chollo. Nos toca empezar a hacer piernas...y nos empieza a nevar.



Un rato antes de la cabaña del Turmo ya hay muchísima nieve y llevamos una paliza de órdago. No llegamos a Estós de día ni de coña, así que comprobamos que la cabaña se puede usar y decidimos pasar allí la noche. Teníamos por delante doce horas hasta que se hiciera de día...,¡Qué noche más larga!. Luego nos enteramos de que en Benasque esa noche estuvieron a 9º bajo cero, así que suponemos que allí estaríamos a -15, más o menos. A las siete ya estamos dentro de los sacos heladitas, heladitas... Por supuesto con los pises hechos y de todo que luego cualquiera sale....pues va Marocha y sale. Nos dice que si la noche está preciosa, que no hay una nube, que se ven las constelaciones perfectamente...pero yo tengo el romanticismo en los piés y estos a su vez, congelados. Deben ser todavía las diez de la noche. Nos acordamos del pacharán que llevamos en una cantimplora de medio litro. Marocha le pega dos traguitos, yo uno, sin salir del saco y Silvia ni asoma la cabeza. Como la idea era dormir en Estós, en sus literas, calentitas, pues no llevamos aislante. Entre lo frío y lo duro ya no sabemos como ponernos. Yo me quedo enroscada dentro del saco de las vueltas que doy. Dormimos poco, unas menos que otras y parece que el rato que mejor descansamos es el del amanecer. Al final, sacamos la cabeza de los sacos y vemos que entra mucha luz...¡Son las nueve de la mañana!, una valiente, marocha, sale del saco a abrir la puerta y vemos un sol estupendo. Bieeeeeen!!


La ropa que nos quitamos la tarde anterior esta completamente tiesa, congelada, el agua es hielo. Desayunamos unos frutos secos y un poco de chocolate y poco a poco nos ponemos en marcha, después de estar un ratito al sol para entrar en calor. La noche ha sido durilla, pero también nos hemos reido mucho, menos mal que nos tomamos así las cosas.
El camino de vuelta es un paseito estupendo, con la huella bien hecha (lo nuestro nos costó) y el sol calentando disfrutamos la espectacularidad del valle.
En la Cabaña de Santa Ana hacemos una paradita para almorzar y nos encontramos con tres mozos que nos hacen una foto a las tres...


Pues ha merecido la pena, frío y dolores de espalda incluidos. El día está de lujo, y la compañía lo mejor. Estamos encantadas, pero tenemos que volver, así que continuamos hasta el punto de partida de nuestra ruta circular que como su propio nombre indica, termina en el mismo sitio dónde hemos empezado, es decir, en el campo base Ciria de Benasque, con unas cañitas y unos pinchos de tortilla.

Dejo alguna otra foto:






 

8 comentarios:

  1. Si,si. Marocha es muy valiente siempre que no se le metan ratoncitos en el gorro corriendo entre su pelo o le empuje un jabalí con el hocico en el culo, mientras trata de dormirse.

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  2. Ya veo que has estado tuneando por aquí. Ja,ja! qué bien te lo pasas!! muy chulo.

    Un beso y...conservate!

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  3. Marimar, lo siento, estaba roncando como un oso, no me enteré de nada...

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  4. Marocha, todo el día metida en casa, fiebre...pues me aburría y me puse a enredar con el diseño y mira...la foto del Moncayo ha quedado muy bien ¿verdad?.
    Aquí me quedo, conservándome, otro día más.
    Besos!

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  5. Hijas, qué envidia... A veces pienso en otra vida, llena de montañas y aire limpio. La recuerdo vagamente de cuando fui bollicau;-)
    Que ustedes se conserven bien (y que Maite se mejore).
    Abrazos.

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  6. Olga, esa otra vida está aquí aladito, es un privilegio tenerla tan cerca. ..siempre se puede volver a ser bollicau...
    Ya estoy mejor de lo mío. Muchas gracias y un abrazo.

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  7. ¡A vuestro lado, las supernenas son unas mequetrefes!
    Salu2.

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  8. Dyhego, hay un personaje de comic por estas tierras que se llama Supermaño, que se caracteriza, entre otras cosas por su tozudez...pues más que supernenas, somos supermañas...un poco destalentadas, que se dice por aquí, jeje.
    Un beso!

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