"...Quien no se resignaba era Gratal. Quería de corazón a Gabardiella y lo intentó todo. Visitó al viejo Gabardón para explicarle que el amor era más importante que las riquezas, pero ni le dejó hablar. Lo echó a cajas destempladas. Buscó la intercesión de Sevil, pero de nada le valió. Por fín se decidió a raptar a Gabardiella. Nada podía frenar su amor correspondido.
Urdieron juntos sus planes y en un atardecer tormentoso, cuando todas las montañas se afanaban por encender sus chispas y fabricar sus truenos, Gabardiella huyó de casa en busca de Gratal. Es verdad que tenía que atravesar el Guarga, desbordado en terrible riada, esquivar Aineto y Lastanosa, cruzar el vallón de Nocito...pero la ilusión era más fuerte y apagaba sus temores. Sabía además, y esto le daba inusitada fuerza que en aquellos momentos su amado también corría hacia ella.
Y dicen que un pastor (ellos se enteran de todo) dió la noticia a Gabardón. Pero el pobre viejo, con sus achaques, ya no estaba para echar a correr detrás de su díscola hija. En su amargura pidió ayuda al poderoso Guara.
El gigantón amigo acudió eructando amenazas. Guara se avalanzó implacable sobre los dos amantes que por fin se habían encontrado y los separó de un manotazo revolcándolos por tierra. Con un tajo de su clava partió en dos la montaña de roca y el Flumen comenzó a correr con la Foz de Salto de Roldán recién nacido.
Gratal y Gabardiella, quedaron separados para siempre, condenados a mirarse cara a cara sin poder ya juntarse jamás.
Pero Gabardiella seguía enamorada de Gratal. llorando todas las tardes un amor imposible: las fuentecillas del Guatizalema son precisamente las lágrimas de Gabardiella.
Era mucho pedir que el orgulloso Gratal se resignara ante el injusto castigo de Gabardón y menos aún al abuso del gigante Guara.
Al principio rumiaba su dolor en silencio. Más tarde, el dolor de la separación definitiva, irremediablemente, cedió paso al rencor y el rencor al odio más encomado y al anhelo de venganza. Era más pequeño que Guara y se sabía menos fuerte, pero siempre había sido luchador.
Y una noche, cuando el coloso de la sierra descansaba se acercó clavándole el picacho en sus entrañas que saltaron salpicando la montaña ladera abajo y formando las Pedreras."
¡Qué leyenda más graciosa!
ResponderEliminarSalu2, MAROCHA.
¡Qué dramón!...supongo que la geología tiene otra versión repecto al origen de las Pedreras, las fuentecillas de Guatizalema y todo lo demás, pero a mí tu versión me parece consistente. Si, y lo que ya te he dicho, cuando estemos por allá hablamos con los implicados, a ver que nos cuentan.
ResponderEliminarMuac!!!
A ver, chicos! estoy de acuerdo en que la interpretación es libre, pero que Dyhego diga que le parece graciosa y que Maite diga que es un dramón...dista mucho, eh?
ResponderEliminarEsto es un hecho verídico, me consta, pues Eloy dice que fue un hermano de un bisabuelo suyo el pastor que se chivó a Gabardón de lo de su hija con Gratal. Ya sabemos de donde le viene ese carácter metomentodo al Eloy.
si lo dice Eloy sera verdad,que sabemos nosotros.
ResponderEliminarbonita historis.bsss
MAROCHA:
ResponderEliminarQuise decir que me parecía interesante y bonita la entrada; no que me partiera de risa de la suerte (mala) de los enamorados . ¡Prometo elegir mejor mis palabras!
Salu2
Chon, yo a Eloy le tengo ley.
ResponderEliminarDyhego, y a buen entendedor con pocas palabras basta. No elijas diego, que tu espontaniedad te siga carazterizando.
Un besico a los dos.
Aupa.El Gratal me trae recuerdos de mi juventud.Yo estuve haciendo el servicio militar en Huesca y en unas maniobras que se hicieron por ahí,los cañonazos le prendieron fuego al monte y estuvimos apagándolo.Esto fué en el año 1965,ya ha llovido.Un saludo.
ResponderEliminarXavier!!
ResponderEliminarPues los pinos ya habrán crecido desde entonces, no?
Nos vamos mañana y es mi cumple. Así que nos comeremos un cachico de tarta en la cumbre (si no llueve mucho, claro!)
Si tus recuerdos fueron buenos, esperamos que cuando veas las fotos, se te arranque alguna sonrisa. De esas sin querer.
Un saludo Xavier.